En los últimos meses, el tema de la ciudadanía italiana ha vuelto con fuerza al centro del debate político y jurídico. Las recientes reformas han afectado profundamente las modalidades de acceso a la ciudadanía italiana por descendencia, generando reacciones contrapuestas entre los descendientes de italianos residentes en el extranjero y los profesionales del sector. En este contexto se inserta una nueva propuesta de ley actualmente en examen en el Parlamento, que podría reabrir perspectivas importantes, especialmente para quienes cuentan con antepasados italianos de tercera o cuarta generación.
El nuevo marco normativo tras el Decreto Tajani
En el transcurso de 2025 entró en vigor la Ley n.º 74/2025, de conversión del llamado Decreto Tajani, que restringió de manera significativa el acceso a la ciudadanía jure sanguinis. La normativa, de hecho, limitó el reconocimiento automático de la ciudadanía únicamente a los hijos y nietos de ciudadanos italianos. Quedan a salvo las solicitudes presentadas antes del 28 de marzo de 2025, así como aquellas para las cuales la cita ante la autoridad competente ya había sido fijada con anterioridad a esa fecha.
La reforma introdujo además nuevos requisitos. Por ejemplo, el antepasado italiano debe haber conservado exclusivamente la ciudadanía italiana hasta el momento de su fallecimiento o, en todo caso, hasta el nacimiento del descendiente; o bien, si adquirió otra ciudadanía posteriormente, debe haber residido en Italia durante al menos dos años consecutivos antes del nacimiento del descendiente. En algunos supuestos, incluso se ha previsto una obligación de residencia para los hijos menores de ciudadanos italianos.
El papel del Tribunal Constitucional
Las modificaciones legislativas no han estado exentas de controversias. Numerosos solicitantes han iniciado recursos ante los tribunales italianos, sosteniendo que las nuevas normas tienen un efecto retroactivo que lesiona derechos ya adquiridos. Paralelamente, el Tribunal Constitucional está llamado a pronunciarse sobre algunos aspectos de la ley de conversión del Decreto Tajani, a raíz de cuestiones planteadas por el Tribunal de Turín.
Cabe recordar que en el pasado el propio Tribunal había considerado que el sistema tradicional de ciudadanía por descendencia no era inconstitucional. Este precedente alimenta un cauto optimismo sobre el resultado de las nuevas decisiones, especialmente a la luz de una propuesta parlamentaria que apunta a introducir un correctivo al sistema actual.
La nueva propuesta de ley en el Parlamento
En los últimos meses se ha presentado una propuesta de ley promovida por el exsenador Ricardo Merlo, fundador del MAIE (Movimiento Asociativo de Italianos en el Exterior). El proyecto prevé una vía alternativa para el reconocimiento de la ciudadanía italiana a los descendientes de tercera, cuarta generación y posteriores, actualmente excluidos por la normativa vigente.
La idea que sustenta la propuesta es vincular el reconocimiento de la ciudadanía no solo al lazo de sangre, sino también a una relación cultural efectiva con Italia. En concreto, el texto establece que dichos descendientes puedan obtener la ciudadanía italiana por descendencia demostrando un conocimiento del idioma italiano de nivel B1 según el Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER). Para los hijos y nietos de ciudadanos italianos, en cambio, seguiría vigente la exención actual del requisito lingüístico.
El recorrido legislativo aún es largo: la propuesta deberá ser aprobada por ambas cámaras antes de poder convertirse en ley. No obstante, representa una señal política relevante para las comunidades de origen italiano en todo el mundo, muchas de las cuales aún aspiran al reconocimiento formal y al consiguiente pasaporte italiano.
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