El espacio Schengen, que hoy en día incluye 29 países como Austria, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, Portugal, España, Suecia y muchos otros, es una de las zonas de libre circulación más amplias del mundo. Para los viajeros de países exentos de visado, moverse dentro de este territorio durante el verano es sencillo, siempre que se respeten algunas reglas fundamentales.
El régimen de exención de visado permite estancias de hasta 90 días en total dentro de cualquier período de 180 días. Este cálculo se realiza considerando la fecha de entrada como el primer día y la de salida como el último, con una “ventana móvil” que examina los 180 días anteriores a cada día de estancia o control. Tras una ausencia ininterrumpida de 90 días, es posible volver a entrar para un nuevo período de igual duración. Quienes posean un permiso de residencia o un visado de larga duración están sujetos a normas diferentes.
Durante este tiempo, se puede entrar y salir varias veces, siempre que el número total de días no supere el límite permitido. Al llegar, es necesario contar con un pasaporte expedido en los últimos diez años y válido por al menos tres meses después de la fecha prevista de salida del espacio Schengen. No obstante, la exención de visado no garantiza automáticamente el derecho de entrada: las autoridades fronterizas pueden denegar el acceso si no se cumplen las condiciones de admisión.
Entre estas condiciones figuran justificar el propósito y las circunstancias de la estancia (por ejemplo, reservas de hotel, billetes de regreso, invitaciones para eventos o visitas privadas), disponer de medios económicos suficientes para la estancia y el regreso, no tener alertas en el Sistema de Información de Schengen y no suponer una amenaza para el orden público, la seguridad o la salud.
La evaluación de los medios económicos depende de la duración y el propósito del viaje, en relación con el coste medio de manutención y alojamiento en los países visitados. La prueba puede presentarse en efectivo, cheques de viaje, tarjetas de crédito, cartas de invitación o garantías por parte de un anfitrión. Siempre es aconsejable tener a mano los datos de contacto y la dirección de cualquier amigo o familiar que se vaya a visitar.
En cuanto al seguro médico de viaje, es obligatorio incluso para los ciudadanos de países exentos de visado, y se recomienda encarecidamente, sobre todo en caso de imprevistos sanitarios.
Una vez dentro del espacio Schengen, no hay controles fronterizos internos entre los países miembros, pero los viajeros que provengan o se dirijan a Chipre o Irlanda deberán someterse a controles fronterizos. También es posible ser objeto de verificaciones documentales ocasionales incluso durante los desplazamientos internos.
Por último, es importante recordar que exceder los 90 días permitidos o trabajar sin un visado de trabajo y un permiso de residencia supone una situación de estancia irregular, con posibles sanciones administrativas y el riesgo de una prohibición de reingreso al espacio Schengen.
Viajar por Europa en verano es una experiencia llena de oportunidades, pero para disfrutar plenamente de la libertad de movimiento es fundamental conocer y cumplir las normas. Solo así el viaje quedará como un recuerdo agradable y sin complicaciones.