La Ley 74/2025 representó un punto de inflexión en el debate sobre la ciudadanía italiana por descendencia y sobre el papel de las comunidades de origen italiano en el mundo. Además de modificar los criterios para el reconocimiento de la ciudadanía, la reforma introdujo —al menos en teoría— nuevos permisos de residencia y trabajo destinados a los descendientes de italianos procedentes de países caracterizados por una inmigración italiana histórica y masiva.
Una promesa aún sin implementación
Durante el examen parlamentario de la reforma, el gobierno anunció la creación de un permiso de residencia por trabajo subordinado reservado a los descendientes de ciudadanos italianos. La medida se presentó como una forma de compensación frente a las nuevas limitaciones en la transmisión de la ciudadanía, entre ellas el límite de dos generaciones y requisitos adicionales para el paso de ciudadanía de padres a hijos o de abuelos a nietos. En este contexto, muchos descendientes que no pueden obtener el pasaporte italiano veían en este permiso una posible alternativa para establecerse legalmente en Italia.
Sin embargo, meses después, el gobierno aún no ha definido ni la lista de países beneficiarios ni el procedimiento administrativo para solicitar dichos permisos. La medida, por tanto, sigue siendo solo un anuncio sin aplicación concreta.
Un marco normativo aún incompleto
A pesar de la introducción del nuevo artículo 1-octies en el Texto Único de Inmigración, el gobierno todavía no ha emitido los decretos de aplicación necesarios para hacer operativa esta nueva categoría de permisos. En consecuencia, no existe información oficial sobre los requisitos, plazos, documentación o cuotas disponibles.
Esta falta de definiciones alimenta la sospecha de que el permiso para descendientes fue más un gesto político —destinado a mitigar las críticas a la reforma de la ciudadanía— que una medida realmente destinada a ser implementada.
¿Qué pueden esperar hoy los descendientes de italianos?
Por ahora, quienes estén interesados en trasladarse a Italia deben seguir recurriendo a los canales ordinarios de inmigración o intentar el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia, siempre que cumplan los requisitos previstos por la ley.
El permiso de residencia y trabajo diseñado específicamente para los descendientes sigue siendo una propuesta suspendida, sin detalles prácticos y lejos de ser una oportunidad real para los millones de italo-descendientes en el mundo. Sin embargo, se espera que en 2026 el Gobierno italiano emita los decretos de aplicación y convierta finalmente esta tipología de permiso de residencia y trabajo en una realidad.
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