Ciudadanía italiana por descendencia: cuáles son las reglas

Italia ha sido históricamente un país particularmente durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX- caracterizado por una fuerte emigración al extranjero. Esto ha dado lugar a la presencia de personas descendientes de ciudadanos italianos en diversas partes del mundo. Además, desde la fundación del Reino de Italia en 1865, Italia aplica el principio denominado iure sanguinis, es decir, que un niño nacido de al menos un progenitor italiano es italiano de nacimiento.

Este principio no tiene límites: mientras el progenitor no haya renunciado a la ciudadanía italiana, el hijo será ciudadano italiano. Por tanto, es posible que los descendientes de ciudadanos italianos que emigraron al extranjero obtengan el reconocimiento de la ciudadanía italiana incluso generaciones después.

¿Quién puede obtener el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia?

Para obtener el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia es necesario demostrar que la línea de descendencia no se ha interrumpido: esto significa reunir la documentación necesaria para demostrar no sólo la descendencia directa del antepasado italiano (certificados de nacimiento, matrimonio, divorcio, defunción), sino también los documentos y la información sobre las posibles naturalizaciones de los antepasados.

De hecho, es necesario que ninguno de los antepasados, hasta el progenitor del solicitante, haya obtenido otra nacionalidad mediante un acto voluntario, es decir, naturalizándose como ciudadano de otro país antes de 1992 y/o antes del nacimiento de su descendiente. De hecho, antes de la Ley nº 91 de 1992, Italia no permitía la doble nacionalidad y, por lo tanto, la obtención voluntaria de otra nacionalidad implicaba automáticamente la pérdida de la nacionalidad italiana. La única exclusión, por supuesto, era la nacionalidad diferente obtenida al nacer en Estados que aplican el principio del ius soli, como Estados Unidos o Argentina.

El procedimiento en pocas palabras

Para solicitar el reconocimiento de la ciudadanía iure sanguinis, puede presentar la documentación necesaria acompañada del formulario de solicitud en el Consulado o Embajada de Italia con competencia territorial en el lugar donde reside.

Otra posibilidad es trasladarse a Italia y solicitar el empadronamiento en un municipio italiano para presentar la solicitud de ciudadanía, siempre acompañada de la documentación necesaria y antes mencionada, directamente al municipio. Hay más: quienes pretendan solicitar el reconocimiento de la ciudadanía italiana iure sanguinis directamente en Italia también tienen derecho a obtener un permiso de residencia por "ciudadanía pendiente", que les permite permanecer en Italia y convertirse en residentes mientras dure el procedimiento.

Ventajas del reconocimiento de la ciudadanía italiana

Ser reconocido como ciudadano italiano significa poder ejercer todos los derechos civiles y políticos garantizados por Italia, hacer uso en el extranjero de los servicios que las Representaciones diplomáticas/consulares ponen a disposición de los ciudadanos y, por último, pero no por ello menos importante, obtener un pasaporte italiano, clasificado por Forbes, el 5 de febrero de 2024, como el mejor del mundo (junto con Francia, Alemania, España, Singapur y Japón), ya que permite viajar sin visado en nada menos que 194 Estados de los 227 existentes en todo el mundo.

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El contenido de este artículo pretende ofrecer una orientación general sobre el tema. Debe buscar asesoramiento experto sobre su situación específica